5TO BÁSICO-RELIGIÓN-GUÍA 10
Aquí dejo el link del archivo PDF de la guía 10 (11 de Junio)
En caso de no poder descargarla, puedes trabajar en tu
cuaderno con la actividad descrita más abajo.
Clase
fecha: 11/06/2020
OA: Conocer ejemplos del concepto Justicia.
Introducción: Recuerda
Actividad 1: Lee atentamente la fábula de “La leona y el
avestruz” y escribe con tus palabras la enseñanza que te dejó.
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La leona y el avestruz.
Había en la Sabana dos futuras mamás
embarazadas al mismo tiempo: una leona y un avestruz. Las dos dieron a luz a
dos crías a la vez, pero los retoños de la leona nacieron muy débiles, mientras
que las crías de la mamá avestruz, nacieron rebosantes de salud.
La leona contemplaba con mucha envidia cómo
los polluelos de la mamá avestruz crecían sanos, mientras que los suyos apenas
crecían, y siempre estaban enfermos. Decidió entonces quedarse con los hijos
del avestruz. un día, aprovechando un descuido el ave, fue hasta su nido y
depositó allí a sus cachorros leones, mientras que agarró con fuerza a los
polluelos de avestruz y se los llevó a su guarida.
¡Pobre mamá avestruz cuando llegó y vio allí
a los leones! Pero, aun sabiendo que había sido la leona la que se había
llevado a sus hijos, no podía hacer nada… la leona era muy fuerte y acabaría
matándola si osaba a exigirle que le devolviera a sus crías.
La mamá avestruz sale en busca de ayuda
La mamá avestruz, destrozada por la pena, fue
en busca de ayuda, caminando por toda la Sabana africana, en busca de algún
animal que pudiera decirle qué hacer.
Sin embargo, la leona tenía atemorizados a
todos, y ninguno quería ponerse del lado del avestruz, hasta que un día, llegó
hasta el lugar en donde vivía una mangosta, que a pesar de ser pequeña, era muy
inteligente. La mangosta, conmovida por el dolor de la mamá avestruz, le dijo:
– No te preocupes, ¡yo te ayudaré a recuperar
a tus hijos!
El avestruz, asombrada, preguntó:
– ¿Pero cómo lo vas a conseguir con lo
pequeña que eres?
– Tengo una idea…-dijo la mangosta-. Necesito
que convoques a todos los animales a una asamblea esta misma noche, junto a
aquel árbol bajo el que se ve un termitero con un agujeros… ¿lo ves?- señaló
entonces la mangosta-. Más adelante hay otro agujero de salida, que no se ve
desde aquí…
– Sí, sí..¡lo veo! ¡El árbol grande que crece
junto al río! De acuerdo, haré lo que me dices. Nos vemos esta noche, mangosta.
Muchísimas gracias de todo corazón.
La mangosta pone en marcha su plan para
ayudar a mamá avestruz
La mamá avestruz comenzó a avisar a todos los
animales de la Sabana:
– ¡Reunión extraordinaria! ¡Reunión
extraordinaria! La mangosta convoca a todos los animales de la Sabana esta
misma noche junto al árbol frondoso que hay junto al río…
Los animales comenzaron a correr la voz, y el
aviso también llegó hasta la leona, que decidió acudir a la reunión. Así que
esa misma noche, los animales se reunieron junto al árbol de los termiteros.
Entonces, la mangosta se subió a uno de los agujeros excavados por las termitas
y comenzó a decir:
– Queridos animales, estamos aquí reunidos
para solucionar un gran problema: el avestruz denuncia que sus hijos fueron
secuestrados por la leona.
Todos dieron un grito de terror. ¿Cómo era
capaz la mangosta de hacer esa acusación delante de la leona? La leona, por su
parte, rugió.
– ¡Haya calma!- continuó la mangosta. A ver,
jirafa… ¿no crees que las crías de la leona no son suyas?
– No sé…- dijo asustada la jirafa-. Yo
siempre las he visto con ella… deben ser sus hijos.
– Y tú, elefante, ¿piensas que las crías de
la leona son las suyas?
El elefante, totalmente aterrorizado ante la
mirada de la leona, respondió:
– Bueno, siempre van con ella… eso es que
serán sus hijos…
– Muy bien. Os haré la pregunta de otra
forma- insistió la mangosta: ¿Pensáis que un animal de pluma puede dar a luz a
un animal de pelo?
– ¡No!- contestaron todos.
– ¿Y creéis que un animal de pelo puede tener
unas crías con plumas?
– ¡No!- volvieron a responder los animales a
coro.
– Muy bien, pues queda claro: las crías de
pluma que están con la leona, son en realidad las crías del avestruz.
La leona entonces arrancó en un ataque de ira
al ver que su trampa había sido descubierta por todos, y se lanzó contra la
mangosta para matarla. Pero ella, que era muy lista y ya se había imaginado el
desenlace, se metió por el termitero y salió sin ser vista por el otro extremo…
La leona, cegada por la ira, se quedó
esperando a que saliera la mangosta, un día, y otro, y otro más… hasta que
murió de hambre. La mamá avestruz por su parte pudo al fin recuperar a sus
crías y vivió feliz.
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